EL ARTE ES UN SIGNO DE INTERROGACION

Disturbed Minds

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miércoles, 21 de diciembre de 2016

lunes, 19 de diciembre de 2016

martes, 15 de noviembre de 2016

martes, 11 de octubre de 2016

viernes, 8 de julio de 2016

viernes, 1 de julio de 2016

domingo, 29 de mayo de 2016

lunes, 11 de abril de 2016

domingo, 3 de abril de 2016

6 claves para conectar con un introvertido

Los introvertidos suelen sentarse en las últimas filas, pero cuidado… No es por timidez

Un error en el que pueden caer muchas personas es en pensar que quien se sienta en las últimas filas de un aula, de un autobús o una sala de cine, es porque es tímido y evita tener contacto con la gente. No es así. La persona introvertida no tiene problema en ponerse de vez en cuando en primera fila (el tímido si lo tendría), en absoluto, pero a menudo, opta por irse al final para estar más tranquilo, controlar estímulos y observar a los demás.
Por ello, para tomar contacto con un introvertido, tendrás que ir al final de un aula, a una esquina de una cafetería (preferiblemente si hay ventana) y no pronunciar nunca frases como: ¿Es que te escondes del mundo? ¿Es que no quieres que te vea nadie? ¿Te pasa algo? ¿Es que evitas a la gente? ¿Por qué estás siempre tan callado?… No lo hagas.

Evita discursos largos

Hay un aspecto común en las personas introvertidas: su nivel de atención suele decaer a los pocos minutos. Esto quiere decir que cuando entran en contacto con personas muy habladoras, las atenderán con respeto, pero a los pocos minutos no las estarán escuchando. Cabe decir que este hecho puede darse en muchos tipos de personalidad, pero en los introvertidos es realmente común.
Procura que tu discurso no sea muy largo, permite la interacción y el diálogo ágil.

Conecta con sus intereses

Queda claro que para establecer una buena amistad es habitual tener unos mismos intereses. Ahora bien, en el caso de los introvertidos debes tener en cuenta lo siguiente.
Son muy selectos a la hora de “conectar” con la gente.
Cuidan mucho sus instantes de sociabilidad. Les gusta estar solos, y aunque no eviten las fiestas y las reuniones y puedan ser incluso excelentes líderes, prefieren siempre “tener los amigos justos”.
Por ello, siempre valdrá la pena conocer bien sus intereses

Si quieres conectar con un introvertido, respeta sus instantes de soledad

Si hay algo que debemos tener claro de los introvertidos, es que no siempre van a tener ganas de quedar, de hablar, o de acudir a todos los eventos que les propongamos. Por ello, es imperativo que entendamos lo siguiente: si un día declina nuestra inclinación no lo hará porque nos evite, porque no le gustemos o porque nos rehuya. Es porque ese día, prefiere quedarse en casa o estar solo.

Pronuncia su nombre durante la conversación

Esta técnica de sociabilidad no es exclusiva para las personas introvertidas. En realidad, todos agradecemos y vemos como positivo que a lo largo de la conversación “pronuncien nuestro nombre”. Ofrece cercanía y autenticidad, no obstante, esta personalidad lo agradece en especial.

Deja que los silencios os acompañen de vez en cuando

Al introvertido no le incomodan los silencios en una conversación, al contrario, son muy positivos. Ofrecen calma, confianza entre los interlocutores e instantes de introspección en los cuales, relajarse. Por su parte, las personas más indecisas o incluso las extrovertidas, ven con cierta incomodidad o amenaza el silencio.
No hace falta recurrir a lo primero que nos venga a la mente para evitar el silencio. Permite que aparezca, con tranquilidad. De ese modo, conectarás a la perfección con la personalidad introvertida.


Fuente: www.supercurioso.com

lunes, 28 de marzo de 2016

Recordaba (Alice), sí, aquel momento, pero había olvidado muchos otros, porque el recuerdo de las personas que no amamos es superficial y se evapora pronto


sábado, 19 de marzo de 2016

martes, 9 de febrero de 2016

SÍNDROME DE LOS VEINTITANTOS
Le llaman la “crisis del cuarto de vida”. Te empiezas a dar cuenta que tu círculo de amigos es más pequeño que hace unos años. Te das cuenta de que cada vez es más difícil ver a tus amigos y coordinar horarios por diferentes cuestiones: trabajo, estudios, pareja, etc. Y cada vez disfrutas más de ese trago que sirve como excusa para charlar un rato. Las multitudes ya no son “tan divertidas”, hasta a veces te incomodan o te aburren. Extrañas la comodidad de la escuela, de los grupos, de socializar con la misma gente de forma constante. Pero te empiezas a dar cuenta que mientras algunos eran verdaderos amigos otros no eran tan especiales después de todo. Te das cuenta de que algunas personas son egoístas y que, a lo mejor, esos amigos que creías cercanos no son exactamente las mejores personas que has conocido y que la gente con la que has perdido contacto resultan ser de los más importantes amigos para ti. Ríes con más ganas, pero lloras con menos lágrimas, y con más dolor. Te rompen el corazón y te preguntas como esa persona que amaste tanto te pudo hacer tanto mal. O quizás te acuestes por las noches y te preguntes por qué no puedes conocer a alguien lo suficientemente­­ interesante como para querer conocerlo mejor. Pareciera como si todos los que conoces ya llevaran años de novios y algunos empiezan a casarse y tener hijos. Quizás tú también amas realmente a alguien, pero simplemente no estás seguro si te sientes preparado para comprometerte por el resto de tu vida. Los ligues y las citas de una noche te empiezan a parecer baratos, y emborracharse y actuar como un idiota empieza a aparecerte verdaderamente estúpido. Salir tres veces por fin de semana resulta agotador y significa mucho dinero para tu pequeño sueldo. Tratas día a día de empezar a entenderte a ti mismo, sobre lo que quieres y lo que no. Tus opiniones se vuelven más fuertes. A veces te sientes genial e invencible, y otras solo, con miedo y confundido. De repente tratas de aferrarte al pasado, pero te das cuenta de que el pasado cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando. Te preocupas por el futuro, préstamos, dinero y por hacer una vida para ti. Lo que puede que no te des cuenta es que muchos de los que estamos leyendo esto nos identificamos con ello. Todos nosotros tenemos 'veintitantos' y nos gustaría volver a los 15-16 algunas veces. Parece ser un lugar inestable, un camino en tránsito y todo un lío en la cabeza, pero TODOS dicen que es la mejor época de nuestras vidas y no tenemos que desaprovecharla­­ por culpa de nuestros miedos. Dicen que estos tiempos son los cimientos de nuestro futuro. Parece que fue ayer que teníamos 16. ¡¿Entonces mañana tendremos 30?! ¡¿Así de rápido?!
Hagamos valer nuestro tiempo, cuida el presente porque en él vivirás el resto de tu vida.
-Alain de Jour-